Miento
cuando pienso
Miento
cuando siento
Miento
cuando miro
cuando recuerdo.

Mi memoria
es una imagen del pasado
y miente.

Sólo cuando imagino
digo la verdad
al aire
sin luz
Porque el molde de los sueños
precipita la ilusión nueva
que ninguna otra verdad
modifica.
Cuando la nada abre su vacío vientre infinito
Nada es verdad
ni hay mentiras.
Solo un hueco onírico
voluntad simple
que se hace semilla de aire
molécula acuosa inconexa
flotando como absoluto
para ser verdad
Y, al reflejarse en el espejo del Tiempo
una mentira espacial
como un suspiro.
En la mañana del mundo
Miento
cada vez que quiero
decir una verdad
los recuerdos se convierten
en cuentos de hadas
que no en historias.
Mi pensamiento se retuerce
en agónicas verdades huecas
solitarias masturbaciones
con palabras muertas.
Memoria de la nada
que fue una vez un sueño
y convirtióse en calma vaga
al estallar la pompa azul
que en los recuerdos envuelve la nevada.

Miro al cielo desde la placidez
ámbar de un fósil impávido resucitado
y el corazón se hunde en la nostalgia rosa
de aquellos ecos de tranvías campanilla,
la voz del frutero al pie de mi casa
los dibujos impresos del Capitán Trueno
en los banquillos de alquiler
y la bata azul del gran Gordillo (tebeos y novelas)

Mi abuela me peina y me lleva de la mano al cole
Mi abuelo me repite lo de "el señor de las patas coloradas"
y mamá prepara un puchero en la cocina de petróleo mientras papá anda fuera con los camiones.

odas las verdades pasaron su crisis de motivación
en una infancia cortada de un golpe brutal
el día del suicidio de mi tío en Cabestreros.
Cambiar de barrio
y las mentiras.
Ya los niños no venían de París
montados en cigüeñas blancas
ni los reyes venían en camellos
con juguetes y sorpresas.
El trabajo era canalla
y la radio mentirosa.

El corazón y el cerebro
son dos órganos contradictorios
con los que hemos de juzgar al mundo

Uno dice la verdad
el otro miente
¿pero cual?

No existe la verdad desnuda
ni el recto comportamiento búdico
más allá de la tortura de la frágil duda
o de la fragilidad del deseo torturado.
Sólo son razones y emociones y entre todas las mentiras
un prudente paso imaginado
muchas veces
para volver con duda a penetrar la nada.