miércoles, noviembre 08, 2006

Hoy nos ha hecho reir Alvaro Pombo, en la presentación del premio Planeta que ha ganado, en el Ritz. Sólo he leído el resumen-reseña que da la editorial sobre su obra, pero parece mejor de lo que suele ser habitual en los últimos años de esa editorial. Habrá que leer la novela. Se la ha presentado su amigo del colegio Jose Antonio Marina que dice tener varios manuscritos inéditos del autor "británico", que fueron presentados a revistas y certámenesen su juventud, incluso a este mismo que ha ganado ahora. Y los ofrece a los interesados que quieran pujar por ellos. La novela finalista, de Marta Rivera de la Cruz, ha sido presentada por Fernando Marías. Pero estaban por allí mucha gente conocida, desde la ministra Carmen Calvo, con un collar muy llamativo, hasta De la Concha, pasando por Calvo Sotelo, Pinillos, Miret, Regás y varios ganadores anteriores del millonario premio.
Por cierto, y al cabo de estos cotilleos sin mala baba, se me ha ocurrido que todo eso de llamar prensa rosa o amarilla a la que se dedica a manipular las emociones de la gente es una barbaridad, porque a mi me gustan los colores y no creo que deban implicarse en tan sucios manejos. Son sencillamente TRAFICANTES DE ESCÁNDALOS Y MISERIAS.
Por que si no llamamos comerciantes a los narcos, ni nacionalistas vascos a los asesinos etarras no veo la razón de denominar periodistas (rosas o amarillos) a los que trafican con sentimientos y falsifican cualquier realidad que no se adapta a sus "verdades previamente teorizadas" que dicen investigar en los estercoleros de la vida privada o en los basureros de la política con tal de tener razón o vender mas. Dejémonos de cuentos y digamos lo que es cada uno, sin confundir al público ni a los demás profesionales que se esfuerzan por sacar de cada instante de la vida alguna información que aumente nuestro conocimiento de la realidad y nos ayude a comprender este mundo y sus cosas.
Claro está que yo soy un utopico y desde luego no tengo precio, no me muevo por el dinero. Pero, es que aún quien así lo hacen deben tener en cuenta criterios éticos y no manipular los hechos a los que se enfrentan. ¿Vale?

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