martes, febrero 20, 2007

"IMAGINA MADRID, SIN ELLOS" dice un lema anti-PP que se burla de esa propaganda municipal que invita a soñar con un Madrid mejor. Y tienen razón, creo, porque hay tanta gente ya harta del gasto excesivo y el desparrame de obras y publicidades ególatras encubiertas para ensalzar a sus dirigentes. Como en la Sanidad que no sólo es un desastre de esperas y desviación de pacientes a la privada para beneficio de quién sabe quién.Y ahora aumenta el escándalo cuando parece ser que se van a entregar a una sociedad francesa los datos farmacéuticos de los madrileños para su gestión, según leo en El País de hoy, lo que quiere decir que probablemente esas empresas que sueñan con tener esos listados ahora van a disponer de ellos con enorme facilidad. Luego están las faraónicas obras que nos van a tener embargados a los madrileños los próximos 40 o 50 años, y que enriquecen a los amigos de los amigos que gestionan las constructoras. El gasto ingente en medidas de seguridad que se basan en el miedo y no en los riesgos razonables, con miles de coches oficiales, agentes de seguridad, cámaras de vigilancia y toda esa parafernalia del terror casi siempre inventado o exagerado para vender artefactos y rodearnos de vigilantes. Los gastos en fiestas, los viajes que se utilizan para atacar a otros en las declaraciones y discursos y las comidas privadas, a veces con regalitos a los participantes (los periodistas que reconocen la influencia en algunos de ellos y los llaman en broma "cohechos") y que pueden llegar a ser muy caros como los destinado al Madrid 2012 o los de estas navidades: "GPS" a los invitados por el Ayuntamiento de Madrid y "MP4" a los de la Comunidad, que si fueron entre cien y doscientos más o menos según escuché a gente que estuvo, resultan un buen pellizquito a cargo de quienes pagan impuestos en Madrid ¿no?. Y los canapés que se nos ofrecen en cada acto que se promociona en Sol y alrededores o al final de las inauguraciones oficiales suelen ser de diseño con caterings de firma. Pero algunas de esas cosas deben ser "pecata minuta" comparadas con campañas de publicidad millonarias que no dicen nada más que "eso lo hemos hecho nosotros" sean quienes sean.
No sé si esos fastos se dan también en otros niveles de la administración, como los ministerios, pero soy de la opinión que todo eso son lujos de los que sería conveniente prescindir aunque sólo fuese para evitar malentendidos.
Y,por otra parte, está lo de la intransigencia tan poco democrática de los gobiernos de derechas que tenemos, que han llegado al punto de que ahora en las manifestaciones sindicales tengan que exigir la restitución de la negociación colectiva porque al gobierno de Esperanza Aguirre no le gustan las cosas que dicen los líderes sindicales y su vicepresidente y portavoz pretende de manera antidemocrática "inhabilitar", vetando a un representante de parte contraria, lo que es inadmisible para cualquiera que entienda la libertad de expresión, la libertad sindical y todas las demás libertades no como algo que manipular al antojo del poder, sino como un medio de que partes distintas elijan a sus representantes (gusten o no gusten al contrario) y discutan sobre asuntos concretos como se ha hecho desde que el franquismo fue relegado al lugar de la historia que le correspondía; el cubo de la basura.
Así que me sumo a "imaginar Madrid sin ellos".

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