sábado, mayo 19, 2007






Aunque no suelo trabajar los fines de semana, con la campaña electoral he tenido que ir a Alcorcón. Primero, me encuentro con que la candidata por Izquierda Unida, Adela Otero Juidiaz, es la hermana de uno de mis mejores amigos recientemente fallecido en el malhadado hospital de ese pueblo, que ha sido además criticado en el mitin del PSOE por la mala gestión semiprivatizada por la Consejería del PP. Segundo, el lenguaje de signos que esa chica lleva a un nivel maravilloso por su expresividad al traducir los discursos de los políticos. Tercero, las manos, aplaudiendo o queriendo tocar a la vicepresidenta que tiene al menos tanto carisma como Aguirre sin tenerse que poner de lagarterana. Cuarto, las gafas que se han puesto todos para reivindicar su gratuidad y que sólo llevaban con naturalidad quienes las usan por necesidad.

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