martes, octubre 16, 2007


Decía ayer en una entrevista el secretario de las Nuevas Generaciones PP que se puede ser republicano y del Partido Popular. Y, pregunto yo ¿se puede entonces llevar la tricolor, o tienen que seguir a pie juntillas lo que dice su jefe máximo en su monárquica aparición "youtube-televisiva" del fin de semana?. ¿O es como lo de los gays, a los que casa un alcalde de su partido, pero contra la voluntad, las manifestaciones y enmiendas legales de los demás miembros que le ponen a parir y siguen en contra de normalizar?
Aunque lo que me pareció más grave fue esa manifestación de estulticia política de orden pseudodemocrático postmoderno de comentar que "
lo de la guerra fue un error, con eso de matarse unos a otros..." luego completado por Mayor Oreja y supervisado al alza por Acebes.
Pero, oigan, señores, que en el 36 existía una legalidad vigente, con elecciones y parlamento y ayuntamientos elegidos democráticamente, y fueron las derechas de las que ustedes se sienten herederos, como lo demuestra ese no querer reconocer sus barbaridades y aceptar la realidad de aquellos crímenes a través de la memoria histórica, que no cometieron ningún error al levantarse en armas contra el Gobierno establecido. Sabían perfectamente lo que hacían cuando lanzaron su golpe militar, masacraron pueblos y derribaron instituciones, fusilaron con saña de fanáticos (recuerden Guernica, Badajoz o el sitio de Madrid, incluso muchos años después de finalizar la contienda, torturaron, violaron y castigaron a la miseria a toda la nación, despidiendo trabajadores del lado republicano y persiguiendo a los "desafectos" al régimen militar-fascista que instituyeron para mayor gloria del caudillo y beneficio de toda su prole de crápulas. Muchos se enriquecieron con el estraperlo y el abuso de su camisa azul. Así que, pretenderse ahora demócratas diciendo estupideces tales como que "
aquello fue un error" es un insulto a las víctimas; a quienes además esta gente niega reparación por el daño y entierro digno a los muertos. Mientras, ellos se cabrean porque se pida trato de igualdad o que no se llame "mártires por España" a unos en las lápidas de las iglesias y se les quiera canonizar a puñados, mientras los otros siguen en el olvido o la denigración pública. Cada cosa en su sitio.
Pero el asunto se agrava cuando uno de sus máximos líderes, que fue candidato a suceder al ínclito Josemari, concluye hoy que "
no tiene porqué disculparse del franquismo, ya que en esa época muchos españoles vivían con normalidad y naturalidad y en situación de extraordinaria placidez".
Es increíble la desvergüenza con que esos señores dicen cosas tan graves. Tendrían que vivir en un país donde pudieran sentir lo que es la represión, la persecución y todo lo que sufrieron los españolitos de entonces que no comulgaban con las ruedas de molino del asesino que había tomado el poder por las bravas. Por ejemplo, en la Alemania nazi, en la que ese diputado europeo del PP dice que sólo había un verdugo y no dos bandos, como si los que fueron a los campos de exterminio o eran asesinados en las calles estuvieran en el mismo bando que la Gestapo y las SS de Hitler. ¿hay que ser tarugo! O que pasasen una temporadita en la estalinista URSS de los gulags. también pueden irse actualmente de vacaciones a Myanmar o a la mismísima Cuba que tanto denigran , donde con sus ideas políticas podrían pasar sus buenas temporadas en las cárceles, o ser torturados y fusilados como les ocurrió a los "desafectos" al franquismo. Y, sin embargo, estoy seguro que en todos esos regímenes hay mucha gente que vive estupendamente y hace grandes negocios "en situación de placidez y naturalidad": los amigos del dictador de turno, claro, los cómplices de lo que sufren los demás. Ellos, precisamente ellos, que reivindican las bondades de aquellos tiempos que otros preferiríamos olvidar, eso si, con justicia y reparación como es debido.
Esta gente que confunde su ombligo con la realidad y sus mezquinos intereses económicos con el bien común, que privatizan las empresas públicas, dizque para hacer patria, que se llenan la boca de banderas, himnos y mitos ridículos tanto en lo religiosos como en lo político pero se ofenden cuando otros de talante similar pero antagónico pretenden imponer los suyos, son los que si pudieran nos volverían a hacer entrar en cintura a los discrepantes, los que nunca aceptan perder elecciones y trampean como pueden, pactan con quien les conviene y después critican los acuerdos democráticos de los demás, o los sentimientos nacionales de los demás, o las creencias de los demás y sobre todo gustan de reírse de los esfuerzos que se hacen para pacificar situaciones límite, como llegó a ser la del País vasco en la época que ellos gobernaban con tanto desacierto como ahora recriminan a los otros, que a lo mejor son un desastre, pero son nuestro desastre nacional, los elegimos y gobiernan para todos, aunque el anterior jefe de gobierno se dedique a torpedearlos allá donde va. Estos hipócritas que echan de menos el "arriba España" y hacer pasar por las horcas caudinas a los vencidos. Como a mi abuelo, al que habían echado de la fábrica de jabones GAL por ser afiliado a la UGT (conservo su carnet, nº 365 del sindicato de impresores, afiliado en 1907) y al que un día, un mozalbete falangista soltó un par de hostias por no quitarse la boina y levantarse a cantar el "cara al sol" en un cine, ante las imágenes del NODO, como tenían por costumbre forzar entonces. O como le sucedió a mi padre, al que llevaron detenido a comisaría en Toledo, porque no se arrodilló al paso del Corpus, y al que, un piadoso comulgante diario muy "del régimen" que tenía como patrón, despidió de inmediato por la mancha que suponía tener a un empleado así, aunque lo dejase colgado con mujer e hijos. Pero, claro, es seguro que aquellos españoles vivían con gran naturalidad y placidez la situación. Ni siquiera hablo de la cárcel o exilio (a la que fueron otros familiares, por hablar sólo de mis deudos), de los asesinatos en masa y todo lo que la impunidad permitía a aquellos cabrones, de los que éstos peperos parecen sentirse hoy herederos y se niegan a condenar su conducta ni a reparar la humillación sufrida por otros españoles, que debían serlo menos a sus ojos.
Y no digo más, porque me pierdo. (Las fotos son de una iglesia y una universidad y esos símbolos y burradas siguen ahí treintaytantos años después de la muerte del gran cabrón.)

1 comentario:

Anónimo dijo...
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