viernes, noviembre 30, 2007







Gervasio Sánchez es uno de los mejores fotógrafos de guerra del mundo. Eso es algo que comprobamos hace muchos años cuando empezamos a ver sus fotografías de distintos conflictos por los que pasaba trabajando para el Heraldo de Aragón, desde Sarajevo a Irak, pasando por Camboya o Ruanda, por la América Latina en lucha o Chechenia, siempre sintiendo el dolor de aquellos a quienes retrata, sabiendo que no debe quebrar su intimidad pero al tiempo buscando su permiso para reflejar ante los cómodos occidentales que leemos el periódico en el Metro el sufrimiento de los pobres miserables de otros mundos que están en éste, pero tan lejos que nos asombra cuando llegan hasta el nuestro por los medios que sean para buscar un paraíso en la Tierra. Desde el 95 vuelve cada cierto tiempo a los lugares donde conoció a personas heridas, amputadas pero vivas, por las malditas minas antipersonas que siguen vendiendo muchos países (hasta hace bien poco el nuestro, que todavía vende armas a estados de poco fiar, capaces de revendérselas a otros para trapichear). Y los retrata en su proceso de reincorporación a la sociedad en sus nuevas capacidades de trabajo o juego, con o sin las prótesis que se pueden observar en las fotos, lo mismo que a ellos. ¡Enhorabuena, Gerva, por lo que haces y por el corazón que tienes!.
Se pueden ver en la sede del Instituto Cervantes, en Alcalá cerca de Cibeles e incluso comprar el doble libro editado por las ONGs para apoyar su combate.

1 comentario:

Anónimo dijo...
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