Un auténtico asco. El Metro padece la huelga de limpiezas en las instalaciones que estos días se enriquece con los vómitos de borrachos nocturnos y envoltorios de consumistas, además de su impuntualidad habitual (anteayer sufrí retrasos importantes en 3 líneas y me desalojaron en la 2 de un convoy echando humo a la 1 de la madrugada por lo que tardé en llegar a casa mas de una hora) y molestias de trenes llenos de público en general (mamás y papás con nenes al centro) y de carteristas en particular (en el último mes he tenido que advertir en voz alta la entrada al vagón de un grupo de chicas rumanas con aviesas intenciones un par de veces, lo que me hace suponer que las hay a mansalva). Pero a los trabajadores que limpian los mantienen con unos salarios de hambre y unos contratos de precariedad las empresas concesionarias que se estarán forrando con lo que pagamos a través de la Comunidad de Madrid y el Ayuntamiento sin querer mejorar sus condiciones laborales, como siempre y en todos los sectores: los ricos y amiguetes de los políticos más ricos y los trabajadores dándoles beneficios directa o indirectamente para que "España vaya mejor". Por favor, resuelvan el conflicto con cordura y menos mensajitos de Metro desentendiéndose del asunto y culpando a los currantes de la porquería que inunda los andenes y escaleras.