martes, marzo 18, 2008

Habíamos visto gatitos en su bolsa, amables perros de ciego, embozados y fieros de vigilante: el domingo protesté ante uno que llevaba un pastor negro que ladraba a todo el que entraba o salía del vagón y sobre todo a los jóvenes con "pinta extraña", se conoce que lo habían adiestrado para eso y daba hasta miedo a pesar de ir con la boca enrejada. Le dije al segurata que aunque lo llevara bien sujeto me parecía muy molesto para los usuarios tener que escucharle ladrar con fiereza continuamente, es lo que hacía, y que asustaba a los niños y, en caso de que a él mismo le diera un mareo no habría quien lo controlase, por lo que la compañía Metro hacía mal en "defender así nuestra seguridad" sin estar amenazada mas que por el animal. Era como una metáfora del mundo, los poderosos se inventan amenazas y luego con defienden con otras que lo son más directas, como toda esa gente armada, ejércitos y policías públicos y privados que nos hacen la vida mucho más molesta sin solucionar los verdaderos problemas sociales. Pero ver un hurón en el Metro no es habitual, por eso le hice una foto en su tranquilo refugio del joven que lo llevaba.

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