martes, agosto 05, 2008





He subido unos días al País Vasco porque hacía años que no iba y las temperaturas veraniegas allí son excelentes (24º a 28º y la brisa playera no se pueden comparar con el asfixiante bochorno madrileño). Me he enamorado del Guggenheim y de las playas de San Sebastian . Durante esos días han soltado al asesino J.Ch. (ni mencionar su nombre quiero) por imperativos legales y había cierta agitación abertzale aunque para un turista apenas se nota en la calle: charangas infantiles tocando el "que se vayan..." y esos deportes tan "machotes" de aizkolaris y forzudos, con pancartas de presos vascos presidiendo en las que piden amnistía o que los lleven allí porque dicen que los parientes se accidentan mucho al ir al verlos (más accidentadas están las víctimas sin tener culpa de nada, digo yo). Pero ya otro día haré alguna reflexión sobre el problema vasco, hoy me conformo con decir que allí se está de maravilla y me volvería de inmediato. ¡Qué lujo!

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