Están arrancando y cortando los árboles (plátanos de sombra hermosísimos) para hacer aparcamientos debajo. Primero vino la poda salvaje que ya denuncié, ahora la empresa que los convierte en leña no sólo se lleva las grandes ramas desmochadas sino los troncos aserrados y los que supuestamente va a trasplantar pero de los que no dejan apenas raiz en el cepellón que envuelven con sacos. Incluso han roto al hacerlo una tubería de agua y se está encharcando la calle, que es una gymkana imposible de tablas, planchas de metal, vallas de desvío, pasarelas sobre pozos y zanjas, barro, agua, obreros con señales, camiones aparcando para llevarse escombro o depositar material, autobuses que pasan rozando (ya que solo han dejado dos carriles de tráfico) y seguramente desesperación de los vecinos y comerciantes de la calle que apenas tienen hueco para pasar a sus casas o tiendas. Un desastre... junto a la Puerta de Alcalá.