martes, abril 28, 2009

Me gustaría lamentar un par de cosas de hoy, entre las muchas que cada día nos encontramos en la prensa: una dramática e irremediable es el fallecimiento del periodista y columnista vasco Javier Ortiz, según me cuentan mis compañeros de redacción sucedió anoche, pero hoy el diario Público lleva todavía su último "El dedo en la llaga" titulado "Tres tristes tercios"; había además escrito su propia necrológica, según cuenta su amigo y excompañero en El Mundo Augusto Zamora, en tono festivo, así que sintiendo de verdad no poder seguir leyendo su combativa columna no puedo hacer otra cosa que decir ¡qué lástima que no haya cielo ni dios ni nada después de esta vida, porque me hubiera gustado conocerte, compañero!.
La otra cosita es comentar que me parece vergonzoso que ese periódico (Público) y otro también considerado por muchos como de izquierdas (El País) hayan elegido hoy como foto de portada sobre la visita francesa a España, los culos de Letizia y Carla rebajando la importancia política (la que sea) a una cuestión de moda, mujeres y otras frivolidades. Público titula incluso en el interior "cuando la crónica rosa eclipsa una visita de estado" pero no es esa la manera de enfrentarse éticamente a ello con las santas espaldas de las damas púrpuras. Como las fotos son de agencia y no de sus fotógrafos he de entender que el redactor jefe o editor gráfico o director ha optado por el tono menor despreciendo el trabajo de sus propios fotógrafos. Lamentable.
Otro asunto inquietante que prosigue su curso infame es el de la corrupción y su encubrimiento en ese Partido de Presuntos (PP), donde los ladrones y sinvergüenzas (siempre presuntos por cuestiones legales aunque todo el mundo hasta en su partido sepa de qué pata cojean y los apoye en público para apestarlos en privado) han estado haciendo su agosto con los negocietes proporcionados desde casi todas las instancias del poder: desde el parlamento europeo (Galeote) a los ayuntamientos y gobiernos de comunidades sistemáticamente y con toda la alevosía que da sentirse protegidos y aforados: han organizado la gran boda de la hija del Jefe máximo, utilizando recursos públicos como policía, medios de todo tipo, cortando calles (López Viejo, que está imputado, hizo cortar Velázquez para que nadie molestara la despedida de soltero de Agag y Ana Aznar) y proporcionando hasta los aparcamientos públicos de El Escorial a los invitados, entre los que no debemos olvidar que estaban los cabecillas de la trama Gürtel (Correa y Pérez "el Bigotes", el cual gastó 200.000 € en trajes de regalo a Camps (presidente valenciano), Costa (su vice y secretario del partido) y otros peperos de aquí y de allá). Todo eso parece una novela cutre pero lo sorprendente es que su partido y su dirigente Rajoy se pasen la vida defendiéndoles y sin hacerlos dimitir de sus cargos, entre los que están incluso el tesorero del PP (Bárcenas) que es senador. Y en Madrid han salido varios ligados a esa trama (López Viejo, que ya estuvo en entredicho por un asuntillo de compra de equipos y vehículos al montar el SELUR, motivo por el que Esperanza Aguirre no le hizo consejero en su primer gobierno por si acaso, pero le dejó de viceconsejero de presidencia desde donde parece ser que montaba negocios y troceaba facturas para evitar que otras empresas entraran y acabó dándole el puesto de Consejero de Deportes desde donde ha seguido, por lo visto, con sus negocios, también está su mujer implicada (presuntamente) en otro tema de corrupción municipal de Madrid (caso Guateque), luego están otros altos cargos y diputados regionales: Bosch y Martín-Vasco (diputados), Ortega (ex-alcalde de Majadahonda), Sepúlveda (alcalde de Pozuelo), González-Panero (alcalde de Boadilla), Gines López (alcalde de Arganda) y quien sabe cuantos más como un viceconsejero de Inmigración (Clemente Aguado) y un montón de constructores ligados a ellos por lazos de cemento y ladrillo (con mucha pasta en seguramente paraísos fiscales, millones...), además de las sospechosas adjudicaciones del vicepresidente de Madrid Ignacio González a familiares y amigos en el Canal de Isabel II; y el enorme chalet en construcción concedido por una constructora del pueblo donde era alcalde antes (Valdemoro) y que también parece ser que le proporcionaba el coche que conducía su esposa al otro vicepresidente y secretario del PP madrileño Francisco Granados. Parece increíble que todo eso haya salido debajo de las faldas de la ínclita lideresa y carismática presidenta Esperanza Aguirre, pero así es, y aunque todos son presuntos y su partido les protege a muerte es tan vergonzoso que suponer que fuera un montaje como ellos claman de vez en cuando es ridículo. Para los que no nos tragamos tanta mentira es sencillamente repugnante e indigna que partidos que se hacen pasar por serios y democráticos nos tomen el pelo y dejen que sus dirigentes engorden sus arcas o las del partido robando a espuertas las arcas públicas. Muchas dimisiones tendría que haber, pero al parecer sus votantes deben ser tan golfos como ellos si admiten esos latrocinios y vuelven a votarlos, como si desearan emularlos para poder pillar cacho también. Menuda mierda de democracia... sobre todo sabiendo que se hicieron con el gobierno de Madrid gracias a que unos tránsfugas del PSOE a quienes protegieron y abogaron fueron los que les proporcionaron los votos necesarios para arrebatársela a la izquierda.

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