Y ahora, como contrapunto ecologista, unas verduritas naturales (de la feria Biocultura que está en el Pabellón de Cristal de la Casa de Campo y en la que se pueden ver y escuchar además de a todos esos entusiastas de lo natural, los masajes y artefactos para todo con apariencia de no estar contaminados por la modernez, una forma de esnobismo con sentimiento de culpabilidad respecto a los transgénicos, los abonos o las fibras artificiales (por ejemplo) que les lleva a vestir como campesinos y tragar cosas de sabor muchas veces infame porque "son muy buenas para la salud". Cosas con las que no estoy en contra, pero me parece que exageran. Aunque no está mal que de vez en cuando se convoque un día de NO CONSUMO y que, como hacen los Ecologistas en Acción, nos muestren la otra cara del capitalismo de consumo al que no importa destrozar economías y geografías con tal de sacar beneficios que repartir entre sus accionistas.