jueves, julio 01, 2010

La trata de mujeres y niñas (ayer mismo detenían en el Raval barcelonés a unos cabrones que habían secuestrado y obligado a ejercer prostitución a dos menores rumanas, una de ellas de 11 años) es una de las mayores lacras y de los mayores negocios sucios del planeta. Creo que deberían tomarse medidas mucho más duras y se tendrían que prohibir los anuncios llamdos de contactos en la prensa y televisiones. Retirarlos, como ha propuesto Aído, toda publicidad institucional a diarios como El País y El Mundo que se lucran con ello, por ejemplo o boicotearlos si no renuncian. En Atocha, Cuesta de Moyano, unos maniquíes con historias escritas y cascos para oír puestos por la ONODC que presenta la campaña CORAZÓN AZUL contra la trata de personas. Y a los proxenetas y clientes se les debería hacer pasar por tal calvario para que comprendieran el dolor y la crueldad. No estoy en contra de que cualquier persona por su propia voluntad tenga sexo gratis o cobrando, pero hay tal negocio montado que tal vez sólo legalizando la situación y haciendo pasar a todos/as por un registro y por Hacienda daría resultados y no tantas moralinas ridículas antisexo.

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