miércoles, febrero 09, 2011

Minerva contempla desde la terraza del círculo un Madrid insoportable de respirar en el que los gases nocivos asfixian a los edificios más altos. Así que a ver si, ya que al alcalde y a su concejala de Ínfimo Ambiente esposa del negacinista del cambio climático y expresidente guerrero de este país, no se les ocurre la única idea posible en estas condiciones que es cerrar el tráfico privado a la ciudad y multar a las empresas contaminantes (entre ellas seguramente algunas municipales), pues a ver si por buena voluntad dejais el coche en la puerta de casa y nos dejais respirar, que no todo el humo viene de los cigarrillos ¡joder!.

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