miércoles, agosto 10, 2011





Mientras nos llenan el parque del Retiro de confesionarios (¡cuantos pecados traeran consigo y cuantos cometerán aquí esos benditos...) que parecen aletas de tiburón vaticano a los madrileños nos han quitado hasta las marquesinas de las paradas de autobús para que nos agostemos al sol, eso si a los chicos que acampaban en Sol los han dejado bien al sol de la solanera y no les dejan ponerse un toldo para informar. Pero, eso no quiere decir que se limpien las calles (ni de carteristas que llenan el Metro y el centro ni de mierda por el suelo. Ahí están, tan cerca de las misas, esos suelos asquerosos desde hace meses que no los pasan la fregona y que como se caiga un peregrino se va a llevar una infección de tomo y lomo.

2 comentarios:

Miguel Ángel G. Yanes dijo...

¿Pero esto no era un estado laico?

EL METRONAUTA dijo...

Que va, que va...