viernes, diciembre 16, 2011





Esta mañana estuve en la Imprenta artesanal de Madrid en la que se siguen haciendo libros como antes. Y tienen unas máquinas y herramientas que mueven la nostalgia, como esos tipos de plomo, esas minervas y heidelbergs, tórculos, planchas y planetas, linotipias, encuadernadoras y hasta galeras, como esa de la foto de abajo que dieron su nombre a las pruebas que consultan los escritores. En homenaje a mi abuelo Luis Urueña Sagredo que fue impresor y se afilió a ese sindicato de la UGT con el número 365 en 1906 (conservo su carné con esa fecha pero renovado en el 36) y que presentó a Pablo Iglesias a mi abuela en el 1917 en Ribadeneira, imprenta donde trabajaba y en cuyo piso superior vivía el fundador del PSOE y la UGT. Y perdió un dedo con una máquina. También hacía fotografías con placas de cristal que luego limpiaba para reutilizarlas y cuya afición yo hice mía y luego profesión.

1 comentario:

pp dijo...

Como no te las van a robar, hombre de Dios, si estas imágenes son a pesar de su escaso peso, de una envidiable nitidez. Yo también amo esos mundos del plomo, desaparecidos por mor del progreso de los coj.